El restaurante La Cofradía del Puerto de la Cruz es un lugar donde comer en el Puerto de la Cruz, una "casa de comida" tradicional situado en una antigua casona canaria recuperada junto al mar, con una amplia terraza que permite al visitante disfrutar de unas vistas únicas.
Su oferta gastronómica se basa en una cocina sencilla y tradicional, típica de los pueblos marineros que se localizan a lo largo de las costas de las Islas Canarias.
Antiguamente, en estos pequeños pueblos marineros solían habilitarse, en alguna de sus casas más cercanas al mar, donde poder comer al aire libre o en una o varias habitaciones donde ofrecer, tanto a los lugareños como a los eventuales visitantes, un menú compuesto principalmente de pescado y marisco fresco, siempre acompañados por papas y verduras, recolectadas en huertas cercanas.
Con la llegada del turismo, a finales del siglo XX, estas pequeñas casas de cocinas existentes en los pueblos de Tenerife, se transformaron en verdaderos restaurantes de cocina local, a cuyos menús se incorporaron otros más propios de la Europa Occidental o Mediterránea.
Fue en estos años cuando surgieron a su alrededor, modernos negocios culinarios que, aún generando una potente competencia empresarial, no pudieron acabar con el tradicional hacer de estas antiguas casas de comida que siguen sobreviviendo en nuestras costas.
Hoy en día, y debido en gran parte, a las exigencias higiénicas y laborales de nuestra legislación europea para restaurantes, se han visto obligadas a realizar notables transformaciones en sus infraestructuras, así como, en los procesos de elaboración llevados a cabo en sus cocinas. Aunque no por ello, han abandonado su naturaleza en cuanto al uso y tratamiento del producto marinero que forma parte de su más que reconocida idiosincracia.
La Cofradía aunque pretende convertirse en uno de los mejores restaurantes de Tenerife en su sector, quiere conservar la tradición de esas cocinas humildes de los pueblos pesqueros de las Islas Canarias, donde primaba el sabor del producto local sin complicadas elaboraciones, pero con el compromiso de ofrecerles la esencia del mar sin perturbaciones, sin adornos o enmascaramientos, simplemente pescado y marisco en su estado puro.
Nuestra filosofía se basa en un solo mandamiento: "Fuego, alma y pescado" el resto lo dejamos en manos del paladar de nuestros visitantes, los cuales decidirán si hemos logrado cuidar y mantener la sinceridad del producto.
En cuanto a nuestras instalaciones, el restaurante consta de dos zonas bien diferenciadas: un comedor interior, actualmente renovado, para aquellos que prefieren el recogimiento o la protección durante su degustación, y una terraza exterior, desde donde podrán disfrutar de las vistas de lo que hoy en día sea, posiblemente, el rincón con mayor solera del pueblo. Un espacio para comer al aire libre y donde se conserva el espíritu de los antiguos muelles de pescadores, los olores de sus pescas, los colores de sus barcas, los restos de artes que ya han dejado de utilizarse, pero que todos los isleños llevamos, de una manera u otra, en nuestras entrañas. Fue el origen del Puerto de la Cruz, hace ya unos siglos, y actualmente es un trozo de historia que permanece con su actividad marinera viva.